AMOR ANIMI ARBITRIO SUMITUR, NON PONITUR.
Elegimos amar, pero no podemos elegir dejar de amar.

Publio Sirio

SiempreConmigo...

miércoles, 11 de enero de 2012

GUIDO CREPAX

Guido Crepax es considerado como uno de los grandes genios del comic, su obra nos revela a un artista enormemente innovador, particularmente por lo que se refiere a la técnica y a la manera de narrar las imágenes fijas hechas con tinta, pues ha sido uno de los primeros dibujantes en romper con los esquemas tradicionales, mediante cambios de focalización que involucran violentos acercamientos, en ocasiones, insertos en panorámicas, tomas desde ángulos inusuales, un orden de las viñetas que no sigue la secuencia horizontal de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo, el uso de la narración visual fragmentada, el cambio dinámico de formas y dimensiones de las viñetas, etc. Sus dibujos e historias han sido ampliamente discutidos en los círculos de la llamada "cultura" y sus trabajos se han transformado en objeto de notables polémicas, debido a los temas que trata y a las escenas que incluye en sus obras

Crepax nació en Milán en 1933, en 1958 se graduó en arquitectura, en el Instituto Politécnico de su ciudad natal, pero nunca desempeñó la profesión de arquitecto. En 1953, había publicado su primer trabajo como dibujante: la cubierta de un disco de Fats Waller y, desde esa fecha, inició una serie de colaboraciones con diversas casas editoriales, así como con algunas agencias de publicidad. A partir de 1959, Crepax dibuja, ininterrumpidamente, las cubiertas de la revista científica Tempo Medico, en la cual, desde 1965, aparecen una serie de ilustraciones realizadas por él.

Sus obras tienen un fuerte contenido erótico y una belleza y perfección formal difíciles de igualar.

Guido Crepax ha sido considerado un creador de historias fascinantes, particularmente atractivas para el sexo masculino, como las de Una historia posible y Una historia excesiva, que hicieron fantasear a jóvenes y adultos de casi todo el continente europeo, sus personajes femeninos son sensuales, intensos, emancipados, originales (Anita, la rubia alta y curvilínea, que vivirá experiencias extrañas con aparatos domésticos, como el teléfono, el televisor, la computadora; Bianca, protagonista de una nueva versión de Los viajes de Gulliver, Los viajes de Bianca, un personaje que tiene una dimensión surrealista y fantástica, y Francesca, una modelo que experimenta todos los problemas de las jóvenes de su tiempo). 

Pero el más importante de todos los personajes que ha creado Crepax es Valentina Rosselli, cuyo nombre surge de la conjunción del nombre de una sobrina suya y el apellido de las víctimas del Régimen Negro Italiano.
Crepax hizo de Valentina un sujeto pensante que está sometido a sus intensos deseos eróticos y a un orden de poder que desprecia la dignidad humana, el único escape es el placer sensual, que implica, frecuentemente, sujeciones mayores a las que impone la soledad, la condición de mujer o la posición de individuo trasgresor en una rígida sociedad llena de desequilibrios.

Valentina es una joven fotógrafa, culta, celosa de su independencia, inteligente, con tendencias anarquistas, muy sensual, sexy, propensa a las tentaciones y a los deseos más oscuros, abierta a la imaginación, particularmente a la imaginación que se dirige a explorar el placer y el dolor físicos, con todas las implicaciones eróticas y subversivas que esto puede tener.
En 1965, en las páginas de la revista Limus de Giovanni Gardini, y en una historia titulada La curva di Lesmo, había tenido lugar la primera aparición de Valentina Rosselli, esa "psicopática adicta a las visiones delirantes del sueño". A partir de ese momento, los títulos sobre el personaje se irían sucediendo interminablemente: Ciao Valentina! (1966), Krazy Valentina (1968), L'intrepida Valentina di carta (1969), II castello di Valentina (1969), II gioco di Filippo e Valentina (1970), L'Encyclopedie di Valentina (1975), Diario di Valentina (1975), Valentina pirata (1976), Valentina in Giallo, etc. Novelas y textos gráficos en los que la protagonista envejece, tiene un hijo, su compañero muere, y ella se transforma en un personaje cada vez más complejo y rico.

Valentina no acepta la serie de roles que la convertirían en objeto, no de sus propias fantasías y preferencias sexuales, las cuales asume, sino de las exigencias del medio social en que vive y con el cual no puede estar de acuerdo, porque su postura es crítica aunque resulte ser siempre ella una más de las víctimas, particularmente, cuando intente evadirse de ese contexto porque, pese a su emancipación, reproduce y participa de esas estructuras de subordinación que el contexto le impone, incluso en sus sueños.
Me gusta VALENTINA . . . 
Y sé que a tí también . . .

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